viernes, 30 de diciembre de 2011

Tiempo



Siento como te me escapas día a día y yo, sin poder hacer nada, me quedo sentado a observar como te alejas.

Por más que lo intente no puedo atraparte, ni quiero la verdad. Imagino que debe ser así, que has nacido con esa prisa para obligarme a no permanecer quieto, a correr detrás de ti para no quedarme atrás.

Pero que difícil resulta a veces seguirte la pista, cuando tus pasos son más largos que los míos, cuando le quitas horas a mis días ocupando mi quehacer con minucias.

Complicado y camaleónico, adoptas cualquier forma con tal de parecer platónico. Sorprendente y cruel, consigues que tu esencia no disponga de unidad de medida, siempre tan surrealista, siempre tan esquivo.

Me has obligado a renunciar a tantas cosas que me veo reducido a obligaciones, teniendo que prescindir del sueño, casi tan deseado como tú, para disfrutar de la libertad que acompañan las horas muertas.

¿Dónde estás ahora que tanta falta me haces? ¿Cuándo voy a poder disfrutarte de verdad? Sin complicaciones, sin relojes que conviertan mi paz en nerviosismo, sin tu terrible conciencia que tatúa una agenda en mi piel.

Sueño con arena blanca, con una silla de mimbre y el tacto de la paz entre mis dedos, con un paisaje sin horizonte, con el tarareo desinteresado de tu voz. 

Entiende que no pido más que una noche atemporal.

Y que a pesar de todo, la vida es demasiado corta como para vivirla sin ti.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Nido en llamas


Le ardía la piel.

Aquella noche no conseguía conciliar el sueño, no era para extrañarse teniendo en cuenta su insomnio continuo, pero sudaba más de lo normal.

No se lo pensó dos veces, se levantó, cubrió su garganta con un pañuelo negro y sombrero de copa en mano se largó.

Dejó una nota en la nevera.

Estaba cansado, estaba cansado de la maldita rutina, del triste y acomodado paso del tiempo. No soportaba más sentirse como un halcón encerrado en su nido. Necesitaba saltar, volar, hacerse daño, intentar palpar el aire y caerse una y otra vez. Ansiaba el miedo, correr detrás de cada objetivo y ser perseguido por manadas de hienas sedientas de arrebatárselo todo.

En fin, necesitaba sentirse vivo.

Aquella última noche sería recordada como un punto de partida, donde todo empezó.

Y sería tal el triunfo que no pensaría en volver, y sería tal el portazo, que si cerrases los ojos años después y soñases, podrías sentir su sonrisa acariciando tus miedos.

Lo tuvo todo, aquello cuanto se propuso sencillamente lo consiguió. Y cada mañana, cuando se despierta, agradece aquella noche en la que se escapó del mundo en el que le había tocado vivir, para crear otro distinto donde poder elegir.

Esta es la historia de un hombre que lo dejó todo por no conseguir dormir, por sentir como su sangre cabalgaba y cabalgaba en busca de algo tan indescriptible como su propia ambición, por saber que podía ser algo más, por querer crecer, por no conformarse, por pensar que después de cada pensamiento debe haber una acción que lo confirme, por creer que tras la pared existía algo por lo que mereciese la pena desprenderse de su confortable pero absurda existencia.

Esta es la historia de un hombre que pensó que podía ser publicista.

Años después entraron al lugar de donde se escapó y vieron aquel viejo papel sujetado a imán en la nevera, en el que simplemente se podía leer:

“Lo siento pero tengo hambre, mucha hambre”.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Bucle de nubes


Ahora que he vencido, ahora que todo cuanto puede clasificarse como material es mío me siento en este incomodo sofá, con cuatro whiskeys de más, con cinco sentimientos deshaciendo la razón, incorporándome y escribiendo esta actualización.

Esta noche me han preguntado que qué pienso sobre las tres grandes preguntas de la historia “¿De dónde vengo, quién soy y a dónde voy?

Y yo, sin capacidad alguna de racionalidad, digo que únicamente me importa la última, sin tener en cuenta que la primera la tengo integrada entrañas adentro, la segunda es una eterna incomprensión y la tercera… la tercera la tengo tan presente desde hace tantos años que simplemente no soy capaz, ni irracionalmente de pasarla por alto.

Se ha demostrado que no soy el mejor, incluso después de ganar el bote a full con doble pareja de Ks en mano. A quedado constancia de mi incapacidad para dominar el mundo. No soy nadie, mi poder queda reducido a la sencillez de mis mentiras, las cuales únicamente son capaces de llevarme a ganar una absurda partida de póker.

Sin embargo, esta noche no queda en balde, esta noche me consagro como lo que no soy, clavo a puntillas el estandarte de mi esencia y la condeno a transmitir, de ahora en adelante, todo lo que puede asediar mi pequeña pero inmortal imaginación.

No te extrañes si me miras y no ves nada, no te inmutes si de golpe abres lo ojos y te encuentras en los míos, reflejada en tus miedos, alejada del gentío, dibujada en el frío de esta noche acalorada.

Que difícil resulta a veces, concienciarte de que te encanta la publicidad, mientras miras el reflejo del espejo y adoras lo que ves.

Incomprensión no respaldada por razón, lleva a desesperación.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Ladrillos de Babel


Imagino que todos, en mayor o menor medida, tenemos nuestra propia Torre de Babel.

El problema empieza cuando tus trabajadores se descontrolan y no encuentran la manera de parar.

Lo confieso, en mi torre no hay control y mis trabajadores, representantes de cada neurona que habita en mi cabeza, funcionan a base de latigazos. Ya no hay vuelta atrás, o se sube, o se sube.

Son tantos los bloques de hormigón que he construido que no tengo fuerzas para derrumbarlos. Es tal la magnitud de las vistas desde aquí arriba que no imagino volver a vivir a ras de suelo. Mi mente está rozando el cielo y pese a que la estructura de está maldita torre cada vez sea más delicada, no pienso volver a tocar el suelo.

Toda Torre de Babel se construye bajo un objetivo, los incrédulos quisieron conocer a Dios, y yo, más incrédulo aún, prefiero ser publicista. Y no habrá Dios que me amenace, que sea capaz de destruir estos cimientos, que tantos años me han costado imaginar.

Cada vez estoy más cerca de ti, Publicidad, mi Dios particular. Y cuando llegue el terrible día en que ponga mi último escalón, lo suba y te consiga, ese día empújame hacía el vacío, que quiero caer junto a todo mi sacrificio.

Y mientras me veas caer, quiero que no sufras mi querida publicidad, porque ese día no caerán lágrimas, nunca lo hicieron por ti.

Solo así podré vivir otra vida como la que estoy viviendo, volveré a abrirme paso entre mentes pensantes, esquematizando lo innecesario, dedicando trilogías a cada minucia que crea interesante y en definitiva, sintiéndome orgulloso de no ser publicista.

El agridulce placer del camino del publicista no se hace con los pies, sino con la imaginación.

viernes, 28 de octubre de 2011

Momento a Momento


Todo se resume a eso, el Momento.

Momento en el que me olvido de la respiración, donde desaparecen las paredes y siento cada gota de esta lluvia que atormenta mi paciencia. Momento es tu voz entrecortada, tu sonrisa de lobo agazapado, tus ojos que me miran cerrados, tu boca  de agua, tu piel en mi piel.

Momento es el único momento en que dejo de conquistar el mundo, en el que me desentiendo del resto, aparco la ambición y solo soy capaz de sentir paz.

Momento eres tú.

Momento es enredarme en tu pelo de inframundo, en tu olor a navajazos, Momento es lo inalcanzables que resultan tus manos cuando las mías las necesitan, que subas el mentón mientras sonríes, que te sientas grande, que te eche de menos.

Momento es cuando se silencian las escaleras, cuando todo queda en calma y la única guerra que existe es la que empezamos tú y yo. Momento son mis pies contraídos, el cuerpo contra cuerpo, las palabras que nunca decimos, el aire que por un Momento y sin pensarlo, compartimos.

Momento es recordar acalorado que hace segundos, cuando no era el Momento, tenías frío. Momento es descontrolar, no pensar, notar como fluye la sangre y destrozar la eternidad.

Momento también es el periodo de tiempo que transcurre entre momento y momento, la gana y la desgana, el antes y el después. Ayer no tuvimos un momento, y mi momento se redujo a quererlo todo, por el simple hecho de no tenerte a ti.

Momento es momento porqué por suerte o por desgracia, termina, porqué siempre te deja con ganas de más, porqué sé que lo que miro escalón a escalón está condenado a terminar. Momento es cuando empiezas a bajar, cuando cierras la puerta y todo se convierte en humo, tu siempre extraño beso de despedida.

Momento es el principio de un pronosticado final, es despertar y comprender que te acabará tocando volver a empezar, Momento no es más que la búsqueda constante de un momento.

Momento será el sencillo instante en el que empiece a respirar y me convierta en publicista.

lunes, 24 de octubre de 2011

La espera


Cinco cartas sobre la mesa y dos en mi mano. Ya no queda whisky y el cenicero almacena ideas absurdas.

Tengo la combinación perfecta, la escalera real que me transportará al éxito. Compruebo las luces del escenario y confirmo que todo queda en orden.

No veo errores, pero no me consuela. 

No suelo verlos.

Es una verdadera lástima que no estemos hablando de póker y el azar, junto a su maldita manía de jugar a tu favor, no hace acto de presencia en esta, la prueba que puede cambiar el ritmo de mi vida.

Me lo he jugado todo, he puesto la totalidad de mi potencial en un disco envuelto de proyectos y solo quedas tú, dolorosa, lenta y angustiosa espera.

Tienes hasta el 11 de noviembre para desaparecer, para jugar con mi agonía y convertir mi día a día en la locura de un constante tic-tac.

Vuelvo a comprobar todos los medios mediante los cuales tienes que ponerte en contacto conmigo, sigues sin hacerlo y el tiempo se agota.

Lo que soy, lo que quiero, mi alma y mi verdad están en manos de un jurado.

Necesito que vosotros dictéis mi sentencia, la no-culpabilidad que destroce los barrotes de la cárcel donde me encuentro y abra las puertas de mi libertad, las de mi cielo, las de mi publicidad.

Ya no se trata de querer o no querer.

Simplemente lo necesito.

domingo, 23 de octubre de 2011

Objetivo BMW


Esta publicación se la escribo a mi Yo de aquí 7 años como máximo. Y digo como máximo porque si no se cumple lo que voy a decir en ese periodo de tiempo, puedo apagar la luz y hacer las maletas.

Ahí voy.


Buenas noches, dueño y señor de BMW;


Eres mi objetivo.

He decidido ser el director creativo que está a punto de hacerte la mejor campaña que hayas podido ver y créeme, si esto ya lo estoy pensando mientras lo escribo, imagínate lo que puedo hacerte ahora, años después.

No he nacido para sentarme y disfrutar de tu publicidad, he nacido para sentarme y disfrutar de tu publicidad siendo yo su creador. No soy nadie, no soy nada pero mi camino solo tiene una dirección.

Tú.

Soy consciente de que me queda mucho, pero no me importa. Es más, prefiero equivocarme tres veces cada dos pasos, volver a empezar, desesperarme y caer, sacudirme el polvo y levantarme sonriente. Disfrutaré repitiendo esta secuencia de acciones toda la vida.

¿Has tenido alguna vez la sensación de que has nacido para algo? Yo la tengo a diario, y me quema la lentitud del paso del tiempo, el tranquilo ritmo de las horas muertas.

Necesito prisa en mi día a día, necesito llegar donde tú estás.

Y ahora que estamos aquí tu y yo sentados sobre la misma mesa, puedo enseñarte estas palabras y humildemente confesar que estoy cumpliendo un objetivo. Estoy siendo feliz.

Como puedes comprobar, no me coges por sorpresa, llevo casi toda la vida esperándote.


Un placer encontrarme contigo.



Escrito está.


Javier Santamaría, futuro Director Creativo con la cuenta de BMW para Javier Santamaría del futuro, Director Creativo con la cuenta de BMW.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Tango de ayer

Parece que fue ayer,
cuando sin mucho afán,
le pedí a la carretera:
- Llévame a ningún lugar.

Me pondré en antecedentes,
blanco se quedó el papel,
con la tinta a la deriva,
entre líneas, entre piel.

Así que ciego, abro la puerta,
y me arranco seis sonrisas,
una por cada camisa,
que esta noche quemaré.

Negro es el color de todas,
no pienso pedir perdón,
nunca me gustó la moda,
¿Para qué tenemos voz?

Uh, perdón, que me distraigo,
no quiero desvariar,
concéntrate, no sueltes hilo,
y comienza a imaginar.

Llegamos de madrugada,
la distancia calculada,
ciento veinticuatro pasos,
y alguna que otra calada.

Antes de entrar, ¡Espera!
Que me fumo la ansiedad,
me vomito en forma de humo,
y ya soy tranquilidad.

Ahora sí, vamos a ello,
que he venido a respirar,
ponme un Whisky del barato,
que no quiero recordar.

Me ausento trago a trago,
bajo un buitre musical,
que devora los oídos,
de quien no sabe escuchar.

Y aquí estoy, yo, enrarecido
con mi copa, un par de amigos,
camareros en aceite,
y 20.000 desconocidos.

Cuando ya casi decaigo,
y me arrepiento del lugar,
vienes tú como si nada,
y te acercas, así sin más.

Mal asunto, no me acuerdo,
de que hacer con los encuentros,
cojo el vaso, paso atrás,
me dispongo a analizar.

No hay saludo, no hay entrada,
ni conversación formal:
- Dame un trago.
- Toma el mundo.
Que comience el festival.

No lo entiendo, ¿Qué sucede?
No consigo respirar.
Un momento… ¿Oigo latidos?
- Creo que vas a reventar.

Aprovecho que te alejas,
y de lejos, lentamente,
siento como despellejas,
las entrañas de mi voz.

Ya no hay hielo, ya no hay whisky,
mi garganta es de latón,
y una luz muy educada,
me saca de un empujón.

Desde entonces hasta ayer,
a empujones, trompicones,
hemos dado escasos pasos,
escondidos en rincones.

Rincones en un cuerpo,
perdidos en el tiempo.
Rincones que bailaron,
el tango del pasado.

Rincones de habitación,
rincones sin corazón.
Rincones entre sueños,
que nunca serán canción.

martes, 30 de agosto de 2011

Quién dijo miedo

Miedo es decrecer,
al tamaño de una gota,
imaginar malabarismos
en su filo, y sin ropa,
atarme a una roca,
y despedirme del placer.

Miedo es bajar a los infiernos,
hacer escala en el Averno,
que me guste demasiado,
coger cuerda y maniatado.
Situarme entre la espada y la pared,
anclado siempre a un cartel,
gritando entre llamas,
“No consigo perder”.

Miedo es no llegar,
a probar un Johnny Walker,
el de la celebración,
gran sabor, imagino;
¡Qué color!
mientras las de bajo coste,
se vacían una a una,
entre la luna, un par de noches
y algún que otro calentón.

Miedo es sonreír,
y sin querer, sin pretender,
ser todo un escaparate.
¿Discernir? ¡Qué disparate!
Reflexión y a darse cuenta,
que entre el sol y la tormenta,
me he olvidado de vivir.

Miedo es no llegar a ser feliz,
terminar en un desván,
mucho antes de empezar,
buscar la oportunidad,
de estrellarme en cada cruce,
contra luces de ciudad.

Miedo es que te acerques,
y te adentres en mi jaula,
explosiones, te desnudes,
y acorrales a mi calma,
que amanezca alrededor,
dejando huellas de silencio,
en cada esquina de tu voz.

Miedo es que llegue
la última noche,
teniéndolo todo,
quedándome en nada,
más solo que nunca,
haciendo de ratas,
butacas de plata.

Miedo es que la línea sea recta,
que mis dedos no consigan,
que esta noche sea perfecta,
a morir en el intento,
que me arrastren mis mentiras,
y me ahogue mar adentro.

Miedo es perderte
y no tener una maleta.
Adosado a un estandarte,
perdido entre veletas,
sin saber donde me lleva
esta eterna oscuridad.

Miedo es no saber descansar,
no encontrar el modo, no respirar,
escribir y hacerme viejo, siempre al compás,
pisar y clavarme algún que otro cristal,
vomitar las entrañas al despertar,
ver mandíbulas sedientas de tranquilidad,
gritar y gritar y no soltar la ansiedad,
Revolcarme en la mierda y no ensuciarme jamás,
Cerrar los ojos, buscar y no encontrar paz.

Miedo es vivir,
en el borde del abismo,
que te ofrezcan la mano,
y no quererla coger,
suponiendo que al hacerlo,
seremos dos al caer,
seremos dos al caer…

martes, 16 de agosto de 2011

No más que un artista

Era alto, más o menos,
todo huesos, nada más,
forjada su piel de acero,
marinero adiós el mar.

Amarró sus ideales,
no sembró, cavó en el suelo,
entre artistas y humoristas,
compró tierra, se hizo un hueco.

Condenado a deambular,
entre cuadros de camisas,
entre modas movedizas,
y ornamentos de cristal.

Que a falta de graduación,
queda en pasta el corazón,
con un toque cian primario,
que ha perdido mi perdón.

Marinero -adiós el mar-
marinero -a cabalgar-
entre tierra que destierra,
a quien quiere respirar.

Marinero -ya no hay remo-,
sobrevive en la ciudad,
la camisa rota adentro,
y prepárate a cantar.

Que aquí -corren, corren, corren-
pero nadie va a saltar,
y tu -piensas, piensas, piensas-
¿Para qué corren sin más?

Fija un punto, ponte nombre,
y sácalo en televisión,
miente cien veces al día,
y ensordece la razón.

Crearás tres mil modernos,
tu ambición irá creciendo,
inconsciente y maniatado,
morirás ¿Qué haces parado?

Ven aquí, siéntate un rato,
que hay placer en descansar,
deja a un lado lo enseñado,
que es mentira tu verdad.

Te controlan, te acorralan,
te apuntan y sin disparar
te educan, ya no eres nadie,
ya solo sabes bailar.

Marinero -adiós el mar-
marinero -a cabalgar-
entre tierra que destierra,
a quien quiere respirar.

Marinero -ya no hay remo-,
sobrevive en la ciudad,
la camisa rota adentro,
y prepárate a cantar.

Que aquí -corren, corren, corren-
pero nadie va a saltar,
y tu -piensas, piensas, piensas-
¿Para qué corren sin más?

Tu palacio enmudeció,
un felpudo -adiós, muy buenas-
una joven y un balcón
te dicen -mira tus venas-

Que otra estrella apareció,
bien vestida, de revista.
¿Dónde queda tu canción?
Bajo el mar, junto al artista.

jueves, 11 de agosto de 2011

Tres dits, dos gels i un segon

Ara que ja no entenc res,
ara que ja tot es fosc,
faig resum a banda i banda,
i marxo cap a un altre món.

Necessito comprovar,
que hi ha vida més enllà,
que estic fart de caminar
sobre les aigües del mar.

Potser va ser culpa meva,
potser estic massa cansat,
però assegut, mirant enrere,
m’acomiado del retrat.

Que tot el que jo vaig ser,
va caient per la coberta,
i no faig res, ni m’he sorprès,
no he deixat portes obertes.

Tres dits, distancia prudencial.
He esmentat no fer-te cas?
Acceptar la teva llei,
es deixar de ser-ne el rei.

Dos gels, tan freds com el plaer.
Un racó on ficar-me al mig,
fer cançó durant el viatge,
entre paratges, i adéu crits.

Un segon, i a perdre el nord.
Mai m’ha fet falta res més,
sota un ulls que ja no hi son,
vaig deixar la meva pell.

He arribat, màgic miratge,
no puc perdre més el temps,
llenço a l’aigua l’equipatge,
ara es quan m’envolta el vent.

Es moment de fer-ho bé,
i transcriure aquest guió,
on no calguin les paraules,
on poder sentir-ho tot.

Vull parlar sense dir res,
relaxar la meva ment,
vull tenir-te al meu costat,
i gaudir de fer-me vell.

Recolçar-me rere els arbres,
fer foguera amb tot l’estrès,
descansar sota les branques,
perdre el compte dels batecs.

Que aquest cor no vol excuses,
ni salutacions formals,
pensat-ho bé si m’acuses,
que aquest món es irreal.

Tres dits, distancia prudencial...

domingo, 7 de agosto de 2011

Teatro de noche

Buenas noches, bienvenido,
a esta, mi gran actuación,
la que finjo cada noche,
mientras ardo en mi sillón.

Relajado me confieso,
y te escribo aquí sin prisa,
rellenando el vertedero,
de recuerdos, de sonrisas.

Déjame que te comente,
porqué es negro este telón,
lo he cosido con el hilo,
de las sombras de tu voz.

No prestes mucha atención,
no te voy a mostrar hoy,
cicatrices descosidas,
que definen lo que soy.

Intento, sin mucho afán,
no pintar sobre pintado,
porque luego, al final,
aguarrás al decorado.

Ahora viene, sin querer,
lo que no puedo esconder,
unos focos que iluminan,
lo que nadie pudo ver.

Una máscara de plata,
que no sabe asimilar,
como lo que fue mentira,
no fue más que la verdad.

Y si siento que me ahoga
mi sudor, que inunda el suelo,
monto un barco con cartones,
y respiro alzando el vuelo.

Si me da miedo el reflejo,
que atraviesa los espejos,
si la guerra en mi cabeza,
como cada noche empieza.

Si sucede eso y más,
si no quiero despertar,
vuelvo a mi eterno sillón,
a fundirme en el telón.

Que no necesito más,
que partirme el corazón,
con mi sangre en la guitarra,
y mi alma en el cajón.

martes, 2 de agosto de 2011

Corbata y cremallera

Cuarto día de la semana,
el invierno a ras de piel.
Una historia que te debo,
no me preguntes porqué.

Convertimos los andenes,
en barcazas de postal.
Mi corbata por bandera,
tu escote mi funeral.

No sabremos en la vida,
si fue la casualidad,
o el tinto de la cena,
o el whisky de después…

Solo se que no lo olvido,
ni lo intento la verdad,
que el negro de tu vestido,
enloqueció mi voluntad.

Silenciosa te acercaste,
me olvidé de respirar,
toqué el cielo con los dedos,
y lo quise eternizar.

Me pedí tranquilidad,
tarde para no enterrar,
cremalleras entre hielos,
que definen lo irreal.

Me alejé de lo carnal,
calor sobrenatural,
que mi corazón en llamas,
no acostumbra a bombear.

Cuando quise reaccionar,
el foco quedaba atrás,
mi corbata ensangrentada,
vistió roja la verdad.

Solo se que no lo olvido,
ni lo intento la verdad,
que el negro de tu vestido,
enloqueció mi voluntad.

Silenciosa te acercaste,
me olvidé de respirar,
Toqué el cielo con los dedos,
Y lo quise eternizar.

Ya en tu oscura habitación,
guerra a fuego y punzón,
tu melena y mis costillas,
a orillas de un corazón.

Yo no debo, tu no puedes,
recordar lo que pasó,
mientras tanto y para siempre,
viviré en esta canción.

domingo, 31 de julio de 2011

Acariciando el precipicio

Me pediste casi desnuda,
cubriéndote de dudas,
que al llegar el precipicio,
me supiese detener.

Y te dije que de acuerdo,
controlar, mi mejor verbo.
Más no pude confesarte
que era tarde para ver.

Que hace días sin querer,
me lancé al fondo del mar,
a pensar en no pensar,
a dejarme llevar..

Que he perdido el control,
no encuentro la dirección,
que no sea la del rastro,
de la estela de tu olor.

Si contigo no amanezco,
me despierto en la mitad,
y no entiendo de derroches,
otra noche si te vas.

Ves tiñendo mis camisas,
del blanco de tus sonrisas,
que se enfadan mis demonios,
si soñando me acaricias.

No te has ido y ya me faltas,
pon tu nombre a esta canción.
No te has ido y entre tanto,
voy tendiendo la ambición.

Que este sol abrasador,
va secando las botellas,
equilibra mi balanza,
y recoge las estrellas.

Si todo es cuestión de estantes,
somos dos puntos restantes.
No me importa que te largues,
mientras vuelvas para hacer…

Que tu tiempo sea mi mundo,
estancado en el placer,
recorriendo los segundos,
que se esconden en tu piel.

No te has ido y ya me voy,
apostando mi alma al cero.
No te has ido y solo espero,
ser sincero y confesar…

…Confesar que no te quiero,
y disfrutar tu libertad,
confesar que no te quiero,
Y quererte de verdad.

sábado, 30 de julio de 2011

Las dos y algo

No era un hombre normal,
nunca supo demostrar,
que bajo sus mil temblores,
se escondía un vendaval.

Sin embargo y con razón,
descorchó su corazón,
reventando en mil reproches,
los cristales de la noche.

Ella, su sinónimo fatal,
demostró muy natural,
entre lágrimas malditas,
que su río conduce al mar.

Que sus párpados de acero,
abren las puertas del cielo.
Donde a trote, él se adentra,
esperando otro final.

Inocente hasta la muerte,
no supo desenredar,
el enredo de sus redes,
entre peces de metal.

Es de noche una vez más,
más que nunca tu no estás,
no sabrá si te ha besado,
ni si quiere despertar.

Le confiesas la verdad,
y se inventa otro San Juan,
para untarse en las cenizas,
de verbenas hechas trizas.

Y pasear tranquilo a casa,
Recordando la ecuación,
En la que volvieron solos,
Solos como tú y yo.

¿Dónde estás? ¿Qué sucedió?
Le dejaste sin color,
rebuscando entre tus rizos,
de un naranja arrollador.

Que ahora toca aparentar,
el placer de reinventar,
un amanecer absurdo,
burdo en su totalidad.

Es de noche una vez más,
más que nunca tu no estás,
no sabrá si te ha besado,
ni si quiere despertar.

miércoles, 27 de julio de 2011

Copa vacía

No me muevo, ¿Qué hay de nuevo?
Dice un triste camarero.
- Lo de siempre menos ella,
que hoy comparto lo que soy,
contigo y la luna llena.

Solo veo en este vaso,
Arrecifes de fracaso.
-¿Dónde está tu educación?
Sírveme, pero sin prisas,
un poco de corazón.

Pude darle lo que soy,
E inventarme lo que no.
Decidí serle sincero,
cenizas al cenicero.

No pudo comprender,
que entre estos huesos y esta piel,
no hay carne de aparentar.
Y pensar, que sería suficiente,
con el simple equivalente,
de mi todo por su paz.

No te vayas todavía,
que mi copa está vacía.

A la mierda el corazón,
abre un whisky de reserva.
Que hoy me bebo, se lo debo,
lo que sale de mis dedos.

Y miro hacia atrás,
de reojo mientras cojo,
con los pies el equipaje,
de viaje a mis adentros.
Barra no te quedes corta,
y córtame por la mitad.

Que prefiero estar callado,
a limitar 4 sentidos,
a dejar el aire anclado,
en un capricho consentido.

No me muevo, ¿Que hay de nuevo?
Dice un triste camarero.
- Lo de siempre menos ella,
que hoy comparto lo que soy,
contigo y la luna llena.

domingo, 10 de julio de 2011

Cuando besas la lija

Siempre he querido escribir cuando el alcohol supera en sangre la cantidad de fluidos que apuñalan mis venas. Y ahora, que puedo poner como estúpida excusa el diámetro de la copa que he utilizado para beberme el corazón, aprovecho y escupo lo que no entiendo.

Que no comprendo porque desapareces tan pronto, dejando en nada el envoltorio del regalo que ansío, qué percibo la sensación de que esta exquisitez camuflada en borrachera no desaparecerá hasta que cierre los ojos y el mundo dé vueltas una vez más.

Que me tiro en una cama que no acaba de pertenecerme, me camuflo en unas sabanas que me ahogan y pongo por bandera el mundo que decido comerme trago a trago.

No estás, no intentes que pretenda utilizarte como primer plato, si de tu esencia solo queda una estela tan efímera como el incienso que decidí encender para conquistarte.

Aprovecho que la noche está a punto de morir para declararme a las estrellas y confirmar que no pienso pertenecer a nadie para que todo me pertenezca, confiando en que pronto ellas morirán junto a mis falsas promesas.

Prefiero, hoy por hoy, noche tras noche, quedarme con el olor del sexo divorciado del corazón, el que no duele, el que no envejece, el que no acaricia con cariño, el que no convierte en piel lo que tanto esfuerzo me constó teñir de cemento.

Hoy por mañana, te engaño y me fumo la noche a tus espaldas, te soy sincero y te digo que estoy dispuesto a venderte mi alma a cambio de tu eterna presencia en mi cama.

Pero sincerémonos y volvámonos serios por un pequeño momento de cordura, nuestra existencia envueltos en resina es tan dañina como el humo que esta noche sale de mis entrañas. Que en mi mundo, nunca existió la parte en la que espero sediento a que sucedan las cosas, que mis brazos no se cruzan, que mi tiempo no se detiene, que si no estás, yo me escapo por la primera puerta que encuentro.

Me fabricaron para dibujar la realidad que inhalo, me condenaron con un sentimiento más pesado que los huesos que, incrédula de ti, creíste débiles en su totalidad.

Nunca entendiste que en esta dramática historia, a ojos del aire que respiro, tú eres la que no quieres ver lo que ves.

Me trago, me parto, me adhiero a mi conformidad, me crezco y exploto.

lunes, 4 de julio de 2011

Equilibrando el desequilibrio

¿Qué sucede cuando te niegas a equilibrar la razón y el corazón?

Sencillo.

Que coges la balanza que sujeta tu futuro y la destrozas, cerrando la puerta de la comodidad mental, abriendo la del cielo. Es por eso que esta noche yo, dueño y señor de la nada, desequilibro mi alrededor poniendo en jaque todo lo que vendrá.

Porque no me interesa un mañana si tengo la noche durmiendo en mi cama, porque lo único que necesito asegurar es el amanecer de mis ojos frente a la incertidumbre. Que mi libertad, la que me invento cada día, la que me alimenta cada noche, es la única que puede pintar un digno despertar.

Brochazo, brochazo, y vuelta a empezar.

Y ahora, una vez más, dejo que el corazón libre la más cruenta de las guerras contra esta maltrecha caja torácica. Mientras yo, absurdo espectador, me limito a sonreír desde la butaca de mis pensamientos, viajando desde tu sombra hasta tus ojos, cuestionándome si lo que sienten mis dedos es piel o paraíso, descansando en cada esquina de tu aliento, deseando que seas noche de verdad para que amanezcas, desaparezcas, y pueda volver a empezar.

Y pasan los años y mientras todo cambia, todo sigue igual. Porque mientras exista la creatividad, podremos dibujar la realidad, disfrazando las verdades para poder respirar, soportando los labios que se pierden en el mar, buscando otros cuerpos que te inviten a soñar, creando recuerdos que entierren tu final.

Llegará el día en que el corazón se canse de vivir en carnaval. Mientras tanto, a celebrar.

domingo, 26 de junio de 2011

Noche

Se despierta y se arrastra hacia ti, noche, dueña de todo cuanto necesita. Y no es hasta que se siente capaz de cantar con los ojos cerrados que no te disfruta. Se desliza por tu oscuridad y se deja llevar hacia donde quieras. Sin prisas, con cuidado, pero sin prohibiciones.

Él no le pone barreras, tú no le impones leyes.

Es capaz de beberse la ausencia de sensaciones que le provoca el día y no necesita fumarse los rayos del sol, no mientras haya noche, no mientras le acompañes.

Puede desprenderse de todo cuanto tiene siempre y cuando no amanezca, puede ser sincero y confesarte que no tiene nada, pero que piensa ponerle tu nombre al mundo en cuanto lo conquiste.

Que no quiere pertenecerte, que no quiere ser tu dueño, saborear tu esencia a cuentagotas le basta para poder decir, antes de que salga el sol y perderte, que esta noche es para ti.

Por ser el sentido de mi poder, por regalarme tu aire, por destrozar las paredes, que sin sentido, un día me dio por construir, por ser mi motivo y por dejarme utilizar tu nombre como excusa.

Por ser la noche entre mis noches, te regalo lo que fui.

viernes, 17 de junio de 2011

Cuando callan los focos

Entiende que no necesito más que estos huesos para cuidarme, que nunca me ha hecho falta la estupidez de los músculos para sobrevivir, que no los necesito ni para sonreír. Comprende que no me hace falta nada de lo que me ofreces, que he aprendido a hacer el camino solo y que el tiempo se ha convertido en mi único aliado. Que nadie me enseñó a cambiar la suela de mis zapatos, que mis pasos son los únicos a los que obedezco por el simple hecho de que soy yo quien dicta su tic-tac.

Asimila que en mis ojos no se refleja la derrota, que no hay día en que me puedas ver hundido, que no necesito ayuda ni para despegar, que nunca podrás decir “has perdido”, que si quiero cojo el mundo y lo reduzco a la mitad.

Deja de pensar que eres tú quien puede tomar las riendas de mi vida, empieza a reconocer que no puedes controlar ni el doble fondo de mis pensamientos. Que mi corazón sabe cuidarse tan bien que hace tiempo que dejé de hablar con él, que mi alma es la reina de mi imperio, que mi vida es la obra que se representa cuando se cierra el telón, cuando callan los focos, cuando se oscurece la realidad.

Cuando puedas ver más allá de lo que ves, cuando no hagan falta las palabras, cuando sobren las escusas, cuando necesites que aparezca, cuando no entiendas que sucede y cuando explote la razón…

…Avísame, que desapareceré.

lunes, 13 de junio de 2011

A mis 23

Ahora que soy un año más viejo, solo me queda darte las gracias a ti, mi alrededor, por todo lo que has representado.

Por escucharme sin que dijese nada y por saber ver donde yo no he mostrado. Por acompañarme sin pedirte que lo hicieses, por seguir mis pasos y crear un reflejo donde no verme borroso. Por hacerme entender que la vida está para vivirla, por estar siempre que lo he necesitado, por crear caminos donde yo no los veía, gracias.

Por hacer que casi reviente de tanto quererte, entenderlo y agradecérmelo, gracias.

Por ayudarme con todo sin hacer nada, por hacerme ver que no estoy solo, por enseñarme a disfrutar de los abrazos. Por la sonrisa de tus ojos que no descansa, por la vida que transmiten tus palabras, por el consejo de tus actos, por las voces que si callan, gracias.

Por ser el mayor regalo que esta vida pueda ofrecerme, por ser mi aliento, mi fuerza y mi voluntad, por ser la noche en la que puedo descansar. Porque me basta y me sobra con mirar a mi alrededor para entender que siempre podré dar un paso más. Porque me enorgullezco cada vez que pienso en vosotros, mi mayor regalo.

GRACIAS.

domingo, 5 de junio de 2011

Ahora

Ahora que eres dueño y señor de todo cuanto te rodea, ahora que te has desprendido de tu última dependencia, ahora que puedes asegurar que controlas el perímetro de tu existencia y que tendrás salud para saborear el mundo. Ahora que eres todo lo que quisiste ser, ahora que te has quedado solo.

Ahora que te acuestas con tu libertad, con tu soledad. Ahora que descansas en un trono de cartón, apoyando tu poder en tu cetro de papel, decorando aquello que considerabas gloria en pilares de cristal.

Es ahora, y solo ahora cuando no puedes evitar pensar en todo el tiempo que ha pasado, en todo lo que has vivido, en todo lo que has logrado. Piensas tanto que decides derrumbar tu castillo, eres tan realista que destrozas tu trono y haces un avión de papel de todo lo que conlleve algún vestigio de lo que has sido, de lo que has fingido.

Que no eres más que la arena de un sueño, que solo quieres noche y paz. Que necesitas que te persigan para seguir corriendo, que tienes la maleta preparada desde hace años, que siempre fue más cómodo darse media vuelta y despegar. Que tus sueños se convierten en los de los demás con demasiada facilidad, que ya va siendo hora de despertar.

Que no puedes soportar la idea de que sea demasiado tarde para algo, que sueñas con que deje de ser pronto para todo. Que finges ser creyente y le rezas al tiempo para que se convierta en playa donde poder perderte, donde poder perdernos, para que sin querer entiendas, de una vez por todas, el absurdo sentimiento que se esconde entre estas líneas.

Dedicado a tus dudas.

miércoles, 1 de junio de 2011

Bienvenido

Se que ha sido difícil encontrarla, pero ya que has hecho el esfuerzo de venir entra, no te quedes ahí.

Siento lo de los siete cerrojos, han entrado demasiadas veces y siempre se han llevado más de lo que han dejado.

Pero ven que te mostraré el interior. Soy consciente de que el pasillo es demasiado largo y que cuesta llegar al centro de la casa, pero hay infraestructuras que son complicadas de cambiar y verdaderamente, nunca he sabido por donde recortar. Te seré sincero, prefiero dejarlo así, hay caminos que son obligados a recorrer para que vean tu hogar.
Ya que has llegado hasta aquí puedes mirar el comedor; te preguntarás que para que quiero un espacio tan grande si está vacío.

Estoy esperando a que lo decore alguien como tú, yo tengo muy mal gusto y muy pocas ganas. Y sí, tampoco he sabido por donde empezar. Solo he tenido muy claro que los ceniceros tenían que ser de oro, que por las ventanas solo entraría luz y que los espejos siempre estarían limpios.

Sigo ahorrando para las tres cosas, cuestan demasiado.

Sígueme que te enseñaré el resto.

Aquí está mi dormitorio. Tengo que pedirte perdón, pero no te lo voy a enseñar, ya que la puerta está rota. Por algún motivo, cuando la abro se abre automaticamente la del mueble-bar y se vacían las botellas, recuerda que estoy ahorrando. Prefiero enseñarte el cuarto de invitados. Normalmente es el que enseño primero, ya que es el más sencillo. Este sí que está decorado, no le falta de nada. Tiene cuadros por todas partes, todos sonríen. En esta habitación todo está en orden, nunca se rompe nada, la luz entra por todas las ventanas y las paredes no oprimen. Aquí todo funciona bien, todo es posible y nada es real.


Esto es todo lo que puedo enseñarte por ahora. Si no te importa, cierra al salir.

Nunca fue casa para dos.


El publicista podrá tener todo cuanto quiera siempre que sepa abrir todas las puertas.

Todas menos una.

miércoles, 25 de mayo de 2011

El modo del publicista

Reconoce que pesa tanto el cargamento de sueños que llevas encima que te cuesta mantenerte a flote. Sé sincero y dime que no hay orilla donde puedas echar el ancla, que tu barco no lleva vela, que nunca has tenido timón, que has perdido el norte y que no encuentras el sur.

Dime que estás acorralado, que el cargador de tu arma está vacío y que estas cansado de apuntar al aire. Dime que no ves el modo de salir de aquí.

Cuéntame que la gota que colma tu fortaleza sobrepasó el límite hace ya demasiado tiempo, que la presa que soportaba la presión del río de tu aguante va a reventar. Reconoce que quieres estallar y que nunca has sabido como hacerlo.

Dime que has olvidado el tiempo que llevas estancado en la misma encrucijada, que coges mil caminos y todos te traen de vuelta. Dime que no tienes alas, que te faltan los motivos, que no sabes descansar.


Reconoce que si cierras los ojos no ves nada.


Te diré que disfruto con cada uno de los momentos en los que intentas hacerme flaquear, porque el placer de vencerte en cada guerra no solo me hace respirar, sino que me lleva a otra puerta con la que poder avanzar.


Convierte a tu mente en tu peor enemigo, escúchala pero sobre todo, véncela. Estarás haciendo de ella tu mejor aliado y sin darte apenas cuenta habrás crecido tanto, que tendrás el mundo a tus pies.

lunes, 23 de mayo de 2011

A quemarropa

Entras, no.

Paras, devoras tu ansiedad y la vomitas en forma de humo.

Entras, ya no te quedan excusas para evitarlo.

Fijas tu objetivo en el punto más superfluo posible y te diriges hacía él.

Llegas vivo.

Pides por favor la manera de no pensar durante al menos 10 minutos. Das las gracias y te ausentas trago a trago.

Te das la vuelta como quien sabe que al girarse, tendrá que dar la cara. Y te dejas llevar.

Recibes con miedo a lo que no sabes si esperas, y decides importarle a todo el mundo para que nada te importe.

Sientes, lo niegas.

Sientes otra vez y tu cabeza te dice que basta, que debes escapar. Tu latido cobra vida y acaba con todo lo racional que vuela a tu alrededor. Ya no tienes cabeza, ni ojos, ni pies…

Tus manos han dejado de ser la extensión de tus brazos para convertirse en el principio de su cuerpo, tu piel ya no te pertenece.

Te apartas, te arrepientes.

Esta vez no escapas, sales. Y no por la salida de emergencia como de costumbre, esta vez es la puerta del descanso. No ves nada claro, pero ves.

Cantas una canción y te duermes, te despiertas y por primera vez en mucho tiempo, tu subconsciente te sonríe.

Algo va bien, y no vas a enterrarlo una vez más, porque duermes bien, porque vives bien.

Escupo un lamento sobre todo aquel que todo lo ha tenido, porque nada sabrá valorar. Benditos aquellos que no tienen nada, porqué con todo soñarán.

lunes, 16 de mayo de 2011

El cantar del publicista

Estás en un bar sola, y rodeada de gente. Tienes la mirada perdida, piensas que pasas desapercibida pero cada persona que vuela a tu alrededor se ahoga con la estela que desprende el cielo de tu pelo.

De pronto alguien golpea el micrófono. Se limita a decir buenas noches y empieza a sonar un violín que crea la melodía del fin. Sigue sin haber apenas luz pero ya no estás a oscuras, ya no miras a ninguna parte.

El hombre aparta el taburete del escenario y se sienta en el suelo. Se enciende un cigarro y separa el micrófono del soporte. Esta noche va a cantar su testamento.

Empieza la función. Su voz está más gastada que el vaso donde descansas tu Martini seco. Sin embargo, siempre quiso cantar esa canción ya que, al fin y al cabo, ha dedicado toda su vida a escribirla.

Dejas de beber y fijas tu mirada en el pecho del hombre, puedes sentir como su corazón está a punto de gritar. No lo hace, esta noche solamente ha venido a cantar.

De pronto suspira y se para el tiempo. Una luz rompe la oscuridad y su voz atraviesa el silencio. Su corazón ha explotado y el tuyo se ha paralizado. No puedes respirar y tu vaso ha desaparecido, ya no existe el alcohol. La canción te absorbe y te transporta a un mundo donde todas las puertas están abiertas, el mundo con el que siempre has soñado.

Acaba la canción, lo sabes, y sin darte cuenta sientes que no quieres que termine, pero acaba. Se levanta, da las gracias por el silencio del público, y te mira.

No puedes respirar.

Se acerca, y por primera vez en su vida sus pasos no hacen ruido. Lo tienes enfrente, sus ojos te sonríen, su aire es tu aire. Se acerca más y cuando parece que tus labios se desprenden coge sus cosas y se marcha de aquel lugar.

Para no volver.

Porque un publicista que se estanca no crece, ni avanza. Así que canta tu canción, vívela, siéntela y olvidala. Siempre es mejor dar por finalizada la función dejando el recuerdo, que arriesgarse a quedar anclado eternamente en una melodía de la que no puedas escapar.

Renovarse o morir.

martes, 10 de mayo de 2011

La cuenta del publicista

Entró y se detuvo, no había nadie, ya no quedaba nada de aquel lugar. Se acercó y se sentó en la barra, muy tranquilamente le dijo al camarero que había venido a que le cobrase todo lo que le debía.

Era demasiado, era imposible que el pobre hombre pudiese recordarlo todo.

El cliente empezó a desabrochar su negra camisa y afloró una obra de arte mezclada entre tatuajes y cicatrices.

“Tranquilo, me he ocupado de acordarme”

Quiero que me digas cuanto te debo por el alcohol que mi cuerpo ha rechazado, que me cobres los cristales que han destrozado la suela de mis zapatos. Quiero saber cuanto me va a costar la pintura con la que he forzado mi “que no pasa nada” durante todo este tiempo, y no te preocupes, que en esto te daré una buena propina, ha resultado ser más buena de lo que pensaba.

Me vas a cobrar también tu olor, y la esencia de este bar, y el recuerdo de la herida que me curaste, y el de la que no pudiste también.

Lo único que no me va a dar la gana de pagarte van a ser las noches a tu lado, se que de muchas no te acordarás, pero no me importa, de eso me llevo estas palabras, las cuales me han alimentado hasta el día de hoy, las cuales han dado forma a lo que soy.


¿Llevas la cuenta? No te veo apuntar nada…


"Lo siento, hay cosas que no tienen precio, que por mucho que quieras, no se pueden agradecer.

Hay cosas por las que únicamente se vive."

miércoles, 4 de mayo de 2011

Y de postre, el mundo.

Se propuso alcanzar lo inalcanzable. Sabía que no lo tendría jamás, incluso le daba miedo hacerse la estúpida idea de poner tenerlo, porque tenía muy claro que después de eso, después de eso no quedaría nada.

No le importó, seguía queriéndolo.

Sabía que su visión de grandeza no se haría realidad si dejaba de lado sus deseos, por absurdos que fuesen, por imposibles que pareciesen. Se negaba a limitarse a vivir la vida que le había tocado, no quiso conformarse con la conformidad de la simpleza, nunca creyó en la realidad. Lo quiso todo y tenía claro que lo tendría.

Solo se arrepentía de no saber esperar, el miedo a dejar pasar el tiempo anclado en sus sueños le hizo coger otros caminos, le hizo cometer otros errores y le hizo alejarse de su objetivo.

Pero aquella noche no quiso engañarse, y se puso a recordar el motivo por el cual seguía caminando. Hace ya tiempo entró (llamémosle lugar) y antes de comprender que estaba pasando le sirvieron el primer plato, fue demasiado ligero pero le costó digerirlo. Luego, al cabo del tiempo vino el segundo, no lo esperaba y le marcó para siempre.

Al amanecer el cocinero le dijo que ese plato no podría cocinarlo nunca más.

Se puso a reír y le dijo “Tranquilo, tampoco fue para tanto”.

El camarero, más tranquilo le preguntó que si deseaba algo más.

Pensó en decirlo o no, pensó en cometer más errores, en buscarse otro cocinero incluso pensó en echar el ancla y descansar.

Volvió a sonreír.

“Ponme el postre anda, que si he de morir será con el estomago lleno, ya que si el mundo no es para quien se lo merece, será para quien más lo desee.”

lunes, 25 de abril de 2011

El aire del publicista

Esta es la verdadera historia de John, la que no oculta la verdad tras los muros de una sonrisa, la que no entiende de mentiras.

Su decadencia había llegado a tal extremo que en su armario solo quedaban camisas negras, tender la ropa era montar un funeral, plancharla una masacre.

Se encendió un cigarro mientras abría la puerta, volvía a ser de noche y el diablo le estaba esperando abajo con el contrato en mano, “su alma a cambio de una noche más”, siempre pensó que era más sencillo así.

Sin embargo, la primera calada le dijo que aquella noche sería distinta, la segunda le produjo un escalofrío y la tercera le abrió en canal. Aprovechó para arrancarse el corazón, el cual tenía olvidado desde hace ya demasiado tiempo. Lo puso en bandeja de plata y tuvieron una larga conversación.

Al acabar, tiñó de blanco las camisas, respiró como nunca antes lo había hecho y lo abrazó. Aquella noche empezó a querer ser publicista, aquella noche supo que el mundo estaba hecho para él, aquella noche entendió que solo tenía que alzar los brazos y coger cuanto se le antojase.

“Ser Publicista significa muchas cosas, pero arrancarte el corazón, hablar con él y entender que todo va bien, lo significa todo."

jueves, 31 de marzo de 2011

Sucede

Sucede que no entiendo de nada, que la complejidad del mecanismo del mundo me desconcierta. Sucede que me canso. Sucede que no se estallar.

Sucede que busco y no me encuentro, sucede que desmonto mi imperio, ladrillo tras ladrillo, idea tras idea. Sucede que nunca he sabido dejar de construir.

Sucede que me atrapa el paso del tiempo, que despierto y no se en que momento lo hago de verdad. Sucede que me cuesta, y me gusta sonreír.

Sucede que camino con el alma y siento con los pies. Sucede que acostumbro a perder voluntariamente el corazón. Sucede que suelo no encontrar la dirección, sucede que nadie me dijo que hacer las cosas mal era hacerlas bien.

Sucede que soy incapaz de sentir infelicidad, que convierto mi vida en una escalera de cartón, que sueño con palacios. Sucede que descanso en butacas de cristal.

Sucede que me convierto en el rey de las presas. Sucede que quiero abrir las alas y volar. Sucede que todo es mentira y que nada es real.

Sucede que no quiero ser publicista.

Sucede que me siento y saboreo la palabra sucede con demasiada facilidad.

lunes, 14 de marzo de 2011

La conciencia del publicista

Esta noche quiero hacer una reflexión.

Últimamente deambulo en la pregunta de que si en este mundo, sobra o falta corazón.

¿Qué nos está pasando? Somos capaces de sufrir el más tormentoso de los lamentos por suspender una asignatura, pero ya no lloramos cuando arrasan nuestros bosques.

Gritamos al cielo y nos dejamos en el asfalto la garganta tarareando la más vacía y absurda de las canciones, y sin embargo cada día mueren miles de niños de hambre y ni se nos eriza la piel.

Ya no abrazamos a los árboles y nos hemos olvidado de dejar que el aire nos acaricie.

¿Es que nadie entiende que le hemos prohibido la entrada a la tierra poniéndole suela a nuestros pies?

Cuando entiendes que al ser pisado te conviertes en parte de la tierra te cuestionas la elección de tu posición. Vivir es conectar con el mundo, y eso no conlleva a destruirlo. Vivir es sentir, es permitir la vida de todo lo que te rodea.

Vivir es eso, vivir.

Cuando tu vida destruye la de tu alrededor, te conviertes en nada, y pasas a formar parte del vacío que acabará con todo, empezando por tu propia existencia.

Debemos entender que el mayor de los placeres se encuentra en la satisfacción que provoca la conciencia al reconocerte un trabajo bien hecho, una alegría merecida. Disfrutar de algo puro, sincero y que no arrastra signos de egoísmo debería convertirse en una meta a alcanzar, en nuestro pan de cada día.

Vamos a ser publicistas, y la responsabilidad tiene un peso que debemos estar dispuestos a soportar. Y acordémonos de guardar el corazón, de protegerlo bien. Que es delicado y se desgasta. No podemos montar una feria de abril a su alrededor cada vez que se nos antoja.

El corazón es nuestra herramienta más hermosa, no la desprestigiemos, no la usemos en balde.

Sintámoslo todo, y lo conseguiremos todo.

jueves, 10 de marzo de 2011

Pesadilla en Barbacan

La teoría anunciaba una risa inocente, descontrolada pero inocente, lo que no estoy es preparado para encontrarme envuelto en humo. La luz de la habitación ha empezado a cambiar de color al ritmo de mis parpadeos. No es lo esperado. Tengo miedo.

El colchón es blando, cómodo, pero tengo la sensación de hundirme demasiado en él. No me gusta lo que estoy sintiendo. Algo que no puedo controlar viene hacia mi.

La felicidad se marcha por la puerta del hotel y la habitación se convierte en la zona de los horrores. Decido echarlo todo para quitarme el mal de encima, y puedo ver como los demonios salen por mi garganta. No obstante, es la octava vez que voy y siento que no me he liberado del todo. Algo malo sigue dentro de mi.

Y el picor en el dedo corazón que no me deja estar tranquilo. Tengo la sensación de que de aquí no salgo.

He perdido la cuenta de las veces que me he tumbado en la cama buscando la paz, la realidad. Cada vez que parpadeo el televisor se mueve más rápido, no consigo distinguir la lámpara del techo. Me sigue picando el dedo pero no quiero rascarme, se que no es real, pero no dejo de verlo todo demasiado cerca.

Me relajo un poco y busco algo de luz, bebo Coca-Cola y me vuelvo a tumbar. Miro el estampado de flores de las cortinas y se transforman en calaveras que no paran de mover la boca. No se si me quieren decir algo, yo solo quiero que desaparezcan.

Me doy la vuelta, me tapo y me destapo. Pienso en la ciudad y me vienen a la cabeza imágenes preciosas. Unos muñequitos felices cantan y bailan rodeados de casas de colores. Me gusta. Pero en el momento que me doy cuenta que me gusta, la comisura de los labios de los muñecos empiezan a bajar, quedando sus rostros tristes y apagados, sus dientes están demasiado afilados. Los colores de las casas desaparecen, dejando paso a tenebrosos castillos negros. La guerra parece no acabar. Abro los ojos, me incorporo, me miro en el espejo y mi cabeza parece que vaya a estallar.

Pienso en bajar las escaleras y hablar con la recepcionista, explicarle la situación y terminar con esto ya. Pero no conozco el idioma y confío en poder superarlo solo.

Vuelvo a rascarme el dedo, pero antes de quitarme el picor paro. Mi mente vuelve a la ciudad, esta vez formo parte de unos de sus mágicos canales. Mezclado en él, me dirijo hacia un desagüe gigante. Me fundo con el agua y siento como se estremece todo mi cuerpo. Esto ha sido realmente fantástico.

Por alguna extraña razón, todo lo fantástico dura muy poco, y el baile de esqueletos va al compás de los ruidos que produce el hotel, los cuales no se sin son reales o no.

Cuando pienso que no voy a poder escapar, oigo desde la ventana como viene la felicidad. Espero nervioso a escuchar como suben las escaleras.

La puerta se abre.

Me visto lo más rápido que me deja mi débil coordinación y bajo con ella.

Es de noche, pero veo la luz.

Se acabó, he escapado y ahora que lo veo desde la lejanía, escribo lo sucedido para no volver a repetirlo jamás.

sábado, 12 de febrero de 2011

El hombre actual

Los hombres que dejaron de serlo.

El hombre ya no existe, el hombre se ha perdido. Ahora solo deambulan sucedáneos de camisa de cuadros, nos los venden de una manera más insultante que el zumo de naranja, ofreciéndonos una falsa vitamina C envuelta de mil conservantes, más caducados que las gafas retro que utilizan.

¿Dónde está el hombre orgulloso de serlo?

La hombría ha sufrido una malformación hacia lo que ahora llamo mentira. Cuando el conocimiento de la moda está valorado por encima de la sequedad de la voz, es que hay un problema.
Nos estamos perdiendo, de todo lo que fuimos, solo queda un vago recuerdo que parece ser intentamos borrar a base de camisetas con escote para hombres.

No se puede ir por la vida idolatrando a grupos musicales que cantan con su cuerpo embalsamado. No se puede caminar con pantalones de pitillo de colores primarios y sentirse hombre, no en mi mundo.

Antes el corazón estaba donde tenía que estar, dentro del pecho. Ahora lo han sacado, lo han inflado y lo han convertido en un megáfono empalagoso que publica a los cuatro vientos su amor por todo, quedando este concepto tan podrido que ni los perfumes de mujer que utilizan son capaces de camuflar.

Yo ya no veo por la calle hombres de los de antes, de los que caminaban erguidos, de los que no necesitaban alzar la voz. Ya no quedan hombres que lleguen a infundir respeto, solo quedan sombras de colores llamativos, maleantes de postal, actores de Disney Channel.

Cuando se intenta recuperar algo que quedó atrás para imitarlo, solo consigues crear una burda imitación del pasado, una segunda parte de esas que nunca fueron buenas. Cuando no eres tú quien creas, quien se crea a si mismo, te condenas a no ser nadie.

El poder está en el aire, incluso el de crear. Ten el valor de no conformarte con la mierda que envuelve tu ciudad y respira tu propio aire.

lunes, 24 de enero de 2011

El gusto de un publicista

Me gusta el tacto de la piel, el olor de la madera y el ruido que hace mi cuchilla de afeitar. Me gusta sentir calor en invierno y buscar la sombra en verano.

Me gusta la sensación que percibo al pasar por una puerta automática. Me gusta ver como crece un árbol en plena urbanización. Me gusta enamorarme de la primera página de un libro, y que al acabarlo haya vivido otra realidad.


Me gusta el silencio que genera estar solo rodeando de gente.

Me gusta la satisfacción de hacer algo bien y tener la oportunidad de rectificar. Me gustan las sonrisas de los desconocidos.

Estoy enamorado del paso del tiempo.

Adoro el humo en todas sus variantes posibles, me encanta como sabe el primer sorbo de alcohol. Me gusta sentir como se curan mis heridas. Me gusta respirar.

Me gusta caminar sobre el duro asfalto y me gusta descalzarme y pisar la tierra mojada. Dormiría todas las noches desnudo sobre la hierba.

Me gusta el insomnio que provocan mis pensamientos. Me gusta liberar a mis pies de los zapatos cada noche. Me gusta la comodidad de las butacas y la luz natural de la luna.

Me gusta asomarme desde lo más alto de un acantilado y mirar para abajo. Me gusta la magia de la noche.

Los cruces de miradas.

Me gustan las esperas, sentarme en un banco y no hacer nada. Me gusta la paz. Adoro los lunes y el significado de los cafés. No puedo evitar hacer una “V” cada vez que apago un cigarro, porque me gusta hacerlo.

Me encanta convertir las pequeñas cosas de mi día a día en un ritual. Me gustan las prisas y me encanta pensar que puedo ser quien yo quiera.


Si mi gusto está definido por los distintos grupos de referencia en los que me envuelvo, solo me queda dar las gracias, porque me encanta como soy.

martes, 18 de enero de 2011

El valor del poder

Esta noche voy a hablar del poder y de lo que significa para un publicista. No podía dejar escapar este concepto, dado que somos lo que somos y al fin y al cabo, nuestros pasos nos obligan a meterlo en nuestra vida.

Cuando eres capaz de sentirte poderoso y disfrutar de ello, tu manera de ver el mundo cambia, caminas más relajado y respiras mucho mejor. La base del poder solo se encuentra en uno mismo, y parte de tu manera de entender las cosas, haciendo que cuando estás seguro de tu potencial, nada pueda ir mal.

Hay que comprender que el poder, al igual que todo lo que merece la pena en esta vida, es inalcanzable. Pero es un verdadero placer tener la oportunidad de escoger por lo que queremos luchar y dedicar toda nuestra vida a conseguirlo.

Créate tu propio poder, utiliza el prisma que más te convenga para entender tu realidad y serás un gran publicista.

Si no quieres poder pueden ocurrir dos cosas, que nunca serás publicista, o que estás muerto.

Disfruta de tu propio poder, sabes que lo tienes.

miércoles, 12 de enero de 2011

La inspiración

¿Qué hacer cuando te quedas sin inspiración?

Yo propongo emplear la teoría del suicidio literario. Escribir sin pensar, dejando que tu subconsciente se deslice a través de tus dedos, creando las más hermosa obra de arte sin sentido.

Y así, sin darte cuenta, das forma a tu alma, a tus sentidos y a lo que significas. Si estás en plena campaña, posiblemente no te sirva de nada, pero te habrás mirado por primera vez en un espejo que muestra tu verdadero reflejo, tu verdadero YO. Y eso, créeme, no se compara ni con el sabor de la gloria.

Porque solo cuando te conoces, eres capaz de actuar sabiendo que lo que haces es lo correcto. Porque es lo más bonito que puedes sentir en la vida.

Y sobre todo, siéntete capaz de cambiar la realidad si no te gusta lo que ves. No olvides que eres publicista y puedes hacer y deshacer a tu antojo. Sueña con despertar junto a tus sueños cada mañana y lo acabarás haciendo.

Dicho lo dicho, deja todo lo que estés haciendo, sal de tu coraza de cristal y disfruta de ti mismo, de lo que sientes y de quien eres. Verás como la inspiración aparece por si sola y haces el trabajo de tu vida.


Eres un publicista, la más hermosa obra de arte sin sentido.

martes, 4 de enero de 2011

El destino del publicista

Cada mañana, cuando me levanto, lo primero que hago es tirar el destino a la basura.

Miento, eso es lo segundo. Lo primero siempre es sonreír.

El mundo debería saber que el publicista no necesita un destino. El publicista no necesita nada a lo que agarrarse, se tiene a si mismo. Tiene su esencia, la cual le protege, le arropa y le duerme.

El camino del publicista se hace a través de sus pasos, los cuales reflejan sus actos, y la única estrella que puede guiarle es la que anuncia el cumplir de sus sueños.

Únicamente nuestra voz, la que arrastra trozos del ayer, la que sirve para este, nuestro presente y la que predica con el futuro es capaz de inventarse algo parecido a un destino. No entendemos que algo pueda estar creado y que no haya sido por un publicista.

Yo he escogido este camino, me desprendo todos los días de las memeces, de las creencias, de los hilos que quieren convertirme en marioneta, de las falsas apariencias…

Y me aferro a lo que soy.


Como creo en lo que soy, puedo inventarme lo que seré, sabiendo que en un futuro se hará realidad.


¿Y tú, dónde te quedas?