lunes, 24 de octubre de 2011

La espera


Cinco cartas sobre la mesa y dos en mi mano. Ya no queda whisky y el cenicero almacena ideas absurdas.

Tengo la combinación perfecta, la escalera real que me transportará al éxito. Compruebo las luces del escenario y confirmo que todo queda en orden.

No veo errores, pero no me consuela. 

No suelo verlos.

Es una verdadera lástima que no estemos hablando de póker y el azar, junto a su maldita manía de jugar a tu favor, no hace acto de presencia en esta, la prueba que puede cambiar el ritmo de mi vida.

Me lo he jugado todo, he puesto la totalidad de mi potencial en un disco envuelto de proyectos y solo quedas tú, dolorosa, lenta y angustiosa espera.

Tienes hasta el 11 de noviembre para desaparecer, para jugar con mi agonía y convertir mi día a día en la locura de un constante tic-tac.

Vuelvo a comprobar todos los medios mediante los cuales tienes que ponerte en contacto conmigo, sigues sin hacerlo y el tiempo se agota.

Lo que soy, lo que quiero, mi alma y mi verdad están en manos de un jurado.

Necesito que vosotros dictéis mi sentencia, la no-culpabilidad que destroce los barrotes de la cárcel donde me encuentro y abra las puertas de mi libertad, las de mi cielo, las de mi publicidad.

Ya no se trata de querer o no querer.

Simplemente lo necesito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario