lunes, 4 de julio de 2011

Equilibrando el desequilibrio

¿Qué sucede cuando te niegas a equilibrar la razón y el corazón?

Sencillo.

Que coges la balanza que sujeta tu futuro y la destrozas, cerrando la puerta de la comodidad mental, abriendo la del cielo. Es por eso que esta noche yo, dueño y señor de la nada, desequilibro mi alrededor poniendo en jaque todo lo que vendrá.

Porque no me interesa un mañana si tengo la noche durmiendo en mi cama, porque lo único que necesito asegurar es el amanecer de mis ojos frente a la incertidumbre. Que mi libertad, la que me invento cada día, la que me alimenta cada noche, es la única que puede pintar un digno despertar.

Brochazo, brochazo, y vuelta a empezar.

Y ahora, una vez más, dejo que el corazón libre la más cruenta de las guerras contra esta maltrecha caja torácica. Mientras yo, absurdo espectador, me limito a sonreír desde la butaca de mis pensamientos, viajando desde tu sombra hasta tus ojos, cuestionándome si lo que sienten mis dedos es piel o paraíso, descansando en cada esquina de tu aliento, deseando que seas noche de verdad para que amanezcas, desaparezcas, y pueda volver a empezar.

Y pasan los años y mientras todo cambia, todo sigue igual. Porque mientras exista la creatividad, podremos dibujar la realidad, disfrazando las verdades para poder respirar, soportando los labios que se pierden en el mar, buscando otros cuerpos que te inviten a soñar, creando recuerdos que entierren tu final.

Llegará el día en que el corazón se canse de vivir en carnaval. Mientras tanto, a celebrar.

2 comentarios:

  1. y como todo cambia y todo sigue igual, sigo siendo una enamorada de tus palabras :)

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