domingo, 10 de junio de 2012

Mientras duermes


Tu recorrido siempre ha sido seco, tan incapaz de deslizarte suavemente, que acabas entrando en la más oscura de las habitaciones. Buscas y encuentras, en cada centímetro de tu andadura, el placer que reside en el dolor.

La luz es tenue, necesitas ver cada movimiento pero prefieres intuirlo, no comprendes, pero tampoco lo necesitas. Sientes como tu piel se eriza cual escalofrío nocturno, ha empezado pues, el más digno de los espectáculos.

Tu primer paso siempre es comprobar, analizar el perímetro de lo que necesitas arrancarte para posteriormente, apretar el gatillo a navajazos.

Hace apenas cuatro días que lo hiciste y ya lo echabas de menos.

Sigues, porque una vez empiezas ya no sabes detenerte, coges con fuerza el instrumento que te otorga el poder absoluto de tu rostro. Sabes que has nacido con la condena de mirarte eternamente con los mismos ojos, pero eres capaz de cambiar la imagen que proyecta el sucio, diabólico y empañado espejo.

“Soy un hombre al fin y al cabo” Dices mientras sueltas la chuchilla. Te secas, te miras por última vez y atraviesas la salida de emergencia.

Tres días después lo vimos comiéndose el mundo a pedazos, al cuarto volvió a entrar en esa oscura habitación.

Que más puedo decir, si aprendió a sobrevivir afeitándose de madrugada, a desprenderse de unas suelas ancladas. A esperar el chirrío de ruedas de tren, caladas en la Estación Incomprensión, huyendo de la sombra de unos ojos, que ni de reojo miraron, lo que escondía el corazón.

4 comentarios:

  1. Mmm... dices que la oscura habitación está en A quemarropa, no?

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  2. No, la oscura habitación es un lavabo y no está en ninguna parte. Lo de "A quemarropa" es una simple etiqueta del blog que representa las entradas que no hablan de un tema concreto, sino de todo el general.

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  3. y qué es lo que hiciste hace 4 días?

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  4. Segunda personal del singular. No soy yo. Y habla de del hecho de afeitarse.

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